No conocía esta marca española, Mickô, y aunque creo que sólo comercializan estas dos cremas, me parece muy prometedora. Ambas cremas, tanto la de día como la de noche, son veganas, aptas para todo tipo de piel e incluyen hongos medicinales en su composición. El packaging es muy bonito, la crema de día en tonos blancos y la de noche en tonos negros, con una estética como japonesa. Los botes de ambas también son bastante exclusivos, con una tapa transparente y un dosificador airless que impide que la crema se contamine.
La crema de día es muy muy ligera, casi parece un sérum. Es de color blanco, con un perfume muy sutil. Lleva protección solar SPF30, hidrata, ilumina y reduce arrugas al instante. Deja la piel fresca, flexible y radiante todo el día.
La crema de noche también es espectacular. Tiene una textura más cremosa, pero se absorbe rápido y deja mi piel super hidratada y suave al despertar. El olor es más intenso, y muy agradable, perfecto para el ritual de cuidados nocturnos.
Entre las dos se consigue una piel más luminosa y uniforme. Me han gustado mucho, tanto las cremas como su presentación, pero he introducido su composición en la aplicación Yuka, y no me ha gustado la presencia de algún ingrediente controvertido (el metoxicinamato de ethilhexilo en la de día, y el BHT en la de noche). Aunque no está demostrada su toxicidad, sería deseable que esos compuestos se evitaran en cosmética dentro de lo posible, buscando otras alternativas.
